...pero me gustas más
Me gusta recostarme desnuda sobre esta cama,sobre este edredón rayado
blanco y negro simulando la piel de una cebra.
Me gusta sentir cada uno de sus acogedoras y suaves fibras
rozando mi piel, a cada movimiento
...pero me gustas más tú,
aquí...
Me gusta saborear un fino chocolate
mientras, las delgadas cortinas danzan con el viento que penetra en la habitación
y llega hasta mis pies, también desnudos y
me acaricia toda por encima.
Me gusta prender incienso y escuchar música chamánica
mientras siento yo todas estas cosas:
pieles, chocolate,incienso, música, viento y cortinas
...pero me gustas más tú,
aquí,
juntito mío...
Me gusta cuando tu nariz fría hace contacto con mi cintura
y me provocas cosquillas y mil risas.
Me gusta cuando buscas por todo mi cuerpo
hasta dar con mi cuello para acurrucarte y respirar de él.
Detesto el olor de tu aliento,
detesto tu húmeda lengua y su saliva,
y sin embargo las pocas veces que han logrado recorrerme de pecho a
rostro, me ha gustado: también me gusta,
al igual que me gusta que siempre buscas
los rincones más secretos de mí,
para hundir tu nariz y
respirar de ellos.
Y entonces tú sigues buscando por todo mi cuerpo,
y nos envolvemos entre pieles, viento e incienso.
Me gusta que recargues tu cabeza sobre mi vientre.
Me gustan tus ojos,
café bañado en miel con un vacío lleno negro, en el centro,
de inocencia lleno,
de alegría lleno,
de vida, de energía, pero a veces te veo el sufrimiento...
Me gustan tus pestañas también café escarchadas con canela,
largas, largas,
tan largas, tan infantiles... tan tuyas.
Y entonces te deslizas hasta llegar a mi pecho
para acurrucarte entre mi brazo y mi cuello,
cierras tus ojos.
Me gusta los ruidos que haces mientras duermes,
me gusta sentirte
...aquí,
juntito mío,
respirándome,
llenándonos de incienso, finas telas, y música lenta.
Me gusta el matiz al que nuestras pieles desnudas juegan.
Me gusta el sabor que deja el chocolate en mi boca,
me gusta dormir después de todas estas cosas
...pero me gusta más,
saber que serás el primero en despertar
y con tu nariz húmeda y fría, con tus lamidas y tus graciosos ladridos,
me levantarás provocándome una sonrisa...
eso me gusta más.
