Sin título

18:50 Unknown 0 Comments

   Hoy me dí cuenta de mi naturaleza solitaria:
no puedo estar ya más con algún hombre
o alguna mujer, 
no me he enamorado de alguno;
mi alma, mi espíritu se resiste a entregarse
enteramente a otra afín.
He encontrado varios espejos en mi camino
y me miro en ellos y los quiero,
pero no los amo, no los amo
como quisiera amarlos.


   ¿Cómo es posible?
Hace tiempo que no enloquezco 
como solía hacerlo,
no me consumo ni conmuevo ni ardo ni excito,
no amo no me elevo ni vuelco en aquel sentimiento,
ando del amor, por sus caminos
con cautela,
como un lobo en bosque nevado,
que caza y se siente asechado,
que asecha y desea ser cazado,
comido, devorado,
destrozado, inmolado...


   Mantengo distancias astronómicas con mis semejantes,
todos son muy bellos, me buscan y les correspondo
pero ninguno me provoca, 
ninguno me descarrila de mi vereda,
ninguno de estos ríos me produce ansiedad y
antojo de quemar mi alma como leños secos
en una hoguera donde sacrifique mi ser.


   Los sentimientos se tornan con los pensamientos torbellinos,
y estos suenan a Beethoven con percusiones salvajes,
a nostalgia, tristeza y pasión desenfrenada,
a melancolía, pérdida, urgencia y _________,
suenan a Soledad.


   Oh, Soledad, mi buen compañero,
mi vieja amiga,
mi amada, mi enamorada,
mi enemiga:
mi complemento.
Creí que me habías abandonado hace tiempo
desde nuestra última discusión  (http://gquiensabe.blogspot.com/2011/07/mio-soledad.html)
pero veo que siempre has estado ahí,
aquí a mis espaldas
cuidándome la retaguardia,
y esperabas un día de estos
para que yo volviera la mirada atrás y te viera,
te reconociera, te recordara y sintiera.


   Soledad, tú conoces muy bien mi espíritu
melancólico, voluble y errabundo,
tengo mis pies y manos calientes,
me hace falta que cobijes desnudo mi cuerpo con ese frío tuyo...


   Amo que me beses,
que habites y entristezcas mi corazón,
que pulverices mi alma y anhelos, que desaparezcan
los sueños...
me encanta y adoro como me haces polvo 
y vuelves obsoleta toda relación
que sostenga.


   Soledad, ¿no eres tú por eso mi gran amigo?
mi mejor amigo,
mi dupla, la otra mitad de mi infinito;
tú no eres nada y yo,
yo lo soy todo.
Y entonces amo cuando tú te
vuelves todo y yo me vuelvo nada,
entonces somos uno solo,
sólo somos, solos,
sola
me quedo,
me quedo contigo.
Dí, aun me amas... 
aun me quieres, ¿verdad,
Soledad?