notonal

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Quiero que me hagas el amor

como si estuvieras componiendo.

Quiero ser instrumento:

haz música con todo mi cuerpo, con mis muslos, con mis nalgas, con mi vientre, con mi sexo;

lléname

de besos,

muérde mis pezones y lámeme el cuello,

haz una escala con mis gemidos:

díctame el compás,

yo seguiré tu ritmo.

Hagamos figuras en la cama,

luego en el suelo

luego en tu sala.

Que suene una milonga

si hasta tu entre pierna

baja mi boca,

si aprisiono tu verga

entre mis muslos,

si pasas mi pierna sobre tu hombro,

un tango

si me doy la vuelta

y me pones en cuatro,

un vals lento si entonces me recuesto

y me tomas por la cadera,

un jazz desenfrenado y agresivo si me giras y abres las piernas

empinada

a la orilla de tu cama.

Si me penetras,

entre nalgadas y caricias,

y el sonido

de los besos si me tomas por el pelo,

hay un gemido,

para cada movimiento,

la curva llega al clímax:

el eco de la melodía.

Un cambio, luego otro,

tu mano aquí, mis labios allá,

tu peso sobre mi cuerpo

mis dientes mordiéndote el cuello,

las uñas correteando tu espalda;

tu aliento, el mío,

la piel erizada

las lenguas tropezando

la saliva y el sudor escurriendo.

¿A qué suena la humedad?


Tus notas se hunden en mí

y me llenan por completo.

La sinfonía termina:

me llevo tus partituras en el pecho.