Gente, gente gente

17:53 Unknown 0 Comments

    Otro día, como siempre. Subo los tres escalones busco asiento con la mirada y doy unos cuantos pasos para sentarme. Siempre es junto a la ventana.  Entonces giro la cabeza y veo pasar a la sociedad como un largometraje. El camión tarda quince minutos en librarse del embotellamiento de ese tramo de mi recorrido, no noto diferencia en el paisaje. Gente, gente, gente. Gente que se mueve muy rápido como si fueran una masa con cientos de pies y cientos de pendientes, y otros cientos mas de preocupaciones y de prisas por lo que hay que hacer. Ninguno se detiene a preguntarse porque el niño vende dulces en lugar de estar aprendiendo a leer… o escribir.

    Corren, corren, corren. Caminan tan tan de prisa, con la mirada ciega, con los ojos bien abiertos como platos pero sin ver nada. Salen de todas partes en montones, como ratas espantadas, espantadas del presente, del tiempo, de su ceguera. El camión avanza entre esos pitidos que nos recuerdan a mama y logra quitarse el que seria, el quinto semáforo en rojo. Y se desplaza muy lento, a lo que estoy acostumbrada. El tiempo se torna denso dentro del microbús, mientras fuera es la misma situación: corren, corren, corren. Me dan ganas de correr y volver a ser parte de ese reflejo de velocidad y estrés, pero no, estoy aquí sentada, sin moverme, solo observando, ajena a su realidad. Veo las casas, veo los semáforos, veo lso rostros de las personas, veo ansiedad; veo montones de basura, veo vehículos, veo policías, veo inseguridad; veo puentes, veo banquetas, veo arboles secos, veo miedo; veo perros, veo puestos, veo vendedores, veo gente.
   
    Ya no importa la densidad, ni las ratas, ni el niño que debería estar leyendo y escribiendo, ni si el vago en realidad fue artista y por una traición termino en las calles, ni si todos los perros callejeros en realidad vienen de otro planeta y se pierden por la monotonía del mundo, o si… No, ahora ya no importa. Dejo el camión y me incorporo a las masas. Corro, corro, corro, con cientos de preocupaciones, cientos de pendientes y prisas por lo que puedo ver, por lo que no hay que hacer.

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