130506

23:08 Unknown 0 Comments



Me levanté de súbito de la cama: ahí estaba.
Me quedé parada frente al espejo.
Tiré el pantalón hacia abajo y lo arranqué de mis piernas.
Me desabroché uno a uno los botones de la camisa que traía puesta, 
y la dejé caer en el suelo.
Llevé mis manos hacia mi espalda y quité los ganchitos del sostén. Lo dejé caer en el suelo también.
Ahí estaba.
De verdad, 
¿cómo podía gustarle?
La miré fijamente, sin verle el rostro.
Se hacía notable la falta de uniformidad en la 
tonalidad de la piel requemada de sus hombros.
Cuello delgado, péndulo en el centro. 
Clavículas bien definidas. Un lunar a la derecha.
Senos pequeños. Deslicé las palmas de mis manos por encima de ellos:
"pequeñas, 
y deliciosas, 
frutas" 
del paraíso.
Pezones enternecidos.
Lunar a la izquierda besa la areola. 
Un conjunto de estrellas indicaba el inicio de un viaje.
Conté una a una:
Pleione, atlas, alcyone, 
merope, electra, 
celaneo, taygeta y 
maia;
y luego seguía esta serie de planetas:
mercurio, 
venus,
tierra,
cintura estrecha;
luna,
marte,
ombligo,
abdomen bien definido;
júpiter, 
vientre firme;
saturno,
urano,
pradera corta,
monte de venus
lunar a la izquierda; 
neptúno y
plutón.
Mis dedos volvieron a trazar lentamente
el recorrido del diminuto sistema planetario 
que llevo tatuado.
Costado holístico: hemisferio derecho.
Las manos frenaron y se llenaron en las caderas.
Asentaderas
considerables.
Muslos, rodillas, pantorrilla; 
piernas fuertes. Tobillo: pies pequeños.

"Sólo soy un ser más enfundado en un estúpido estuche de huesos y carne: ¿por qué querría alguien enamorarse de mí?"

Me acaricié toda. 
Piel suave, delgada,
hipersensible,
traje espacial.
Cuerpo delicado, 
sutil, perfilado,
esbelto, ágil, 
más gracia que maña,
más maña que gracia.
Grácil, cuerpo etéreo.

De verdad:
¿cómo podía 
gustarte?
Me quedé parada frente al espejo.

¡Ahí estaba,
de verdad!.




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